miércoles, 12 de mayo de 2010

Vulgo Vulgaris

Oh, Elisabetta, obséquiame con ese dulce néctar que sólo tú destilas...


¿Qué? No me miréis así.


Sólo intento culturizaros un poco, sólo quiero daros algo que rompa con la mediocridad de vuestra fútil existencia. Malditos analfabetos.


Lo que más me molesta no es vuestra falta de conocimiento, ya que desconozco las razones por las que os encontráis en ese estado de abandono neuronal (aunque ya os adelanto que es difícilmente justificable), lo que más detesto y me enerva es que os jactéis de ello. ¿Cómo podéis ser capaces de alardear de vuestra total falta de conocimiento? ¿Por qué os enorgullecéis de vuestro escaso vocabulario y vuestro torpe manejo del acervo?


¡Miraos!¡Un muñeco de cartón sabría mantener una conversación mucho más amena y enriquecedora que las vuestras! Dejad de atormentarme con charlas insulsas y monótonas que sólo consiguen despertar en mí un enorme dolor de cabeza.



A partir de ahora dejaré de intentar iluminar vuestra mente con pequeños y puntuales rayos de límpida luz. ¿Para qué desperdiciar mis momentos de creatividad y lucidez?


Si vulgaridad es lo que queréis, es lo que habéis de tener.


Oh, Elisabetta... ¡Enséñame una teta!


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