martes, 15 de marzo de 2011

Oda a la Estulticia

Fina niebla que se escapa entre tus dedos. Tan voluble, tan intangible como tus propios pensamientos. Sabe Dios qué pautas sigues. Sabe Dios qué reglas te rigen.

Al igual que el insecto atraído por la luminosidad del candil, flotas hasta tu ansiado anhelo para acabar carbonizado por las llamas de la ignorancia. Chocas una y otra vez contra el cristal de los Imposibles causando las risas del resto. "Algún día atravesaré ese cristal"- aseveras. Mientras tanto nos deleitaremos con tus incontables ridículos.

Qué espécimen tan singular eres. Caminas entre tinieblas siguiendo la sinuosa senda que te marca tu afán de diferenciación. No eres el único. Miles como tú te acompañan en tu devenir, pero la densa niebla de vuestra irracionalidad os impide veros. Así siempre seréis "únicos". Pobres almas de cordero lechal.



Muchos piensan (y desean) que desapareceréis víctimas de vuestra propia estupidez. Yo no lo creo porque...

... the world needs wannabes.

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