viernes, 11 de febrero de 2011

Allí me planté, y en tu mente me colé.

En ocasiones, cuando el aburrimiento me asalta, entretengo mi cerebro con preguntas variopintas. No discuto sobre el olor de las nubes ni semejantes banalidades de anuncio de compresas (con alas, para más señas).

Siempre intento ir un poco más allá de las dudas cotidianas. Esta vez el aguijón que me acosaba era: "¿Qué es lo peor que se le puede hacer a una persona?"

Enseguida emerge la respuesta más obvia: matarlo. Pero dependiendo de las condiciones que rodeen a dicho individuo es hasta posible que le estés haciendo un favor ("la muerte puede ser un bálsamo") y, dependiendo de tu grado de maldad o sed de venganza/sufrimiento, puede resultar insuficiente.

Poco después llega la tortura, bajo cualquiera de sus infinitos disfraces, y el resto de formas de dolor físico. Pero, en mi opinión, el dolor físico se ve sobrepasado en sadismo, complejidad y potencial por el dolor emocional y psíquico.

Analizar a alguien, descubrir sus debilidades, sus anhelos, sus defectos, lo que más ama, lo que más odia... sólo para poder usarlo en su contra. Alimentar sus fobias, derrumbar los cimientos de su psique, arrebatarle su más preciada posesión... Freud debió pasarlo pipa torturando a sus pacientes con interminables sesiones de diván y regresiones a la infancia. No hay nada mejor que manipular los hilos de la mentalidad ajena.

Muchos disentiréis y aportaréis vuestras propias soluciones, igualmente válidas, pues, en esto de joder al prójimo, para gustos los colores.

Yo continuaré buscando mi propia respuesta a esta cuestión.

Mientras la encuentro, seguiré haciendo voodoo con Míster Potato.

2 comentarios:

  1. Cotillea Tuentis, que todo es fuga de información en esos lugares :D

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  2. algún día haré un estudio antropológico de los nicks del tuenti. luego te lo pasaré para que hagas maldades ;)

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