martes, 1 de junio de 2010

Silencio

Finas hebras de plata que se escapan de tu boca y acarician tus labios antes de surcar el aire que te rodea como delicadas volutas de humo.

Finos hilos que se transforman en cadenas de dorados eslabones que aprisionan tus miembros y encierran tu alma en una jaula de falsas promesas y deseos mal formulados. 

Intentas hablar pero el ruido ahoga tus palabras y sólo consigues emitir un torpe balbuceo. Todos conversan, gritan, ríen, cantan, lloran... pero tú no eres capaz de comunicarte. Ese insulso zumbido tapona tus oídos y adormece tus sentidos. 


Sólo puedo prometerte que el Silencio llegará justo cuando no desees que tus palabras sean escuchadas. 

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